LA MAGIA DE UNA HOJA EN BLANCO

 

   
                                                       


Se mantuvo sentada con la pequeña caja entre las manos un tiempo impreciso mientras repasaba mentalmente todas y cada una de las palabras que contenían aquel papel arrugado y amarillento con algún que otro borrón que apenas dejaba leer entre líneas.


Cuánto había pasado desde que escribiera aquello, cinco años, quizá seis. No cabía duda de que su estado de ánimo en el momento de escribir esas líneas distaba mucho del que ahora afloraba en ella. Aun así, no podía entender cómo era posible que aquel pequeño manuscrito hubiese obrado la magia de convertir todos y cada uno de sus sueños y anhelos en una palpante realidad. 


Acarició aquella caja verde con pequeñas incrustaciones de flores secas y la abrió nuevamente. Con suma dulzura, cogió el arrugado papel a consecuencia de los varios dobleces al que había sido sometido y se dispuso a releer todos y cada uno de los deseos que tiempo atrás escribió sin una intención premeditada. Sencillamente le gustaba jugar a recrear su vida futura.


Cogió un lápiz carcomido que encontró en el interior de la caja y al lado de cada deseo, de cada situación cumplida, escribió “GRACIAS”.
Sonrió satisfecha y volvió a doblar la hoja respetando los pliegues del papel. Miró su desordenada mesa de trabajo y sacó un folio en blanco de una carpeta, mordió el lápiz y dejó perder la mirada por unos instantes para luego escribir; - “Me voy volviendo más ordenada cada día”, “-por fin conseguí el trabajo en la empresa XXX” …etc. Doblo cuidadosamente el folio y lo guardó en su pequeña caja verde con incrustaciones de flores secas.


Colocó su pequeño tesoro en la última repisa del viejo mueble y pensó si esta vez tardaría tanto en abrirla, si se olvidaría de ella por otros años. En realidad, no le importaba porque en el fondo de su corazón, sabía que sus sueños, sus anhelos, habían empezado a convertirse en realidad desde el mismo momento en que puso su intención en aquel papel en blanco.



¿Cómo te gustaría ser tratado?

 






Párate a pensar por unos momentos en esta frase que utilizamos a menudo; “trata a los demás como te gustaría ser tratado”

¿La aceptas cien por cien tal cual? ¿Estás segur@ de su verdad?

Dejemos a un lado lo de que debemos hacer el bien etc., etc. Eso lo tenemos más o menos claro, a mí no me gusta que me insulten por la calle por lo tanto no lo hago a los demás. Hasta aquí, más o menos pensamos todos o casi todos igual.

Pero yo pretendo ir un poco más lejos…

Verás, por ejemplo, a ti te gusta que tu pareja te traiga el desayuno a la cama y ésta muy gustosa, lo hace. Entonces como a ti te sabe tan bueno desayunar en la cama, das por hecho que a ella también le gusta, ¿me sigues?...

El siguiente fin de semana decides hacer tú lo mismo por ella (porque piensas que es lo mejor del mundo, y tú quieres lo mejor del mundo para tu pareja) Te levantas primero y amorosamente preparas un delicioso desayuno para llevárselo a la cama. Pero……lejos de disfrutarlo como lo harías tú, se levanta con la bandeja y se sienta en la cocina con el periódico. (Para tu pareja, ese es su momento de paz) y en el fondo lo sabes...  Aún así, no entiendes cómo no acepta tu gesto !!!con lo que a ti te gusta!!! Pero ella odia las migas rulando por las sabanas, siempre se le vuelca el café y además no le resulta cómodo leer el periódico con tanta cosa jugando al equilibrio.

¿Qué ocurre entonces? te enfadas porque sientes que no ha valorado tu acción y os enredáis en una discusión sin fin. Juras y perjuras que nunca más tratarás de complacerle. ¡¡¡Si tú la tratas exactamente como a ti te gusta ser tratada!!! ¿Qué ha ocurrido entonces?...

Y es que la mayoría de las veces, disfrazamos de amor algunos gestos que por ser tan nuestros creemos que también lo deben ser para quien comparte nuestra vida, y no hablo solo de parejas, sino de amigos, hijos, padres…

¿Sigues pensando que debes tratar a los demás como te gustaría ser tratad@?

O sería mejor para la salud de todos y en nombre del AMOR tratar a los demás (aquí sólo incluyo a las relaciones cercanas) como les gustaría a ellos ser tratados. Si a tu pareja le gusta desayunar en la cocina y con la prensa del día entre las manos, ¿no sería más generoso complacerla? No hay mayor prueba de amor que conocer lo que realmente quieren aquellos que nos rodean y dar a conocer sin ambigüedades lo que realmente nos gusta.

Yo sinceramente, creo que nos ahorraríamos más de una incomodidad.

Cómo te sientes


 Sentada en el banco de un parque y tras una distendida e intrascendente conversación la persona que te acompaña de repente te  pregunta cómo te sientes y eso marca la diferencia entre un cómo estás  vacío, sin capacidad de más respuestas que un bien impostado y una mirada que te ve al observarte.

Al instante, aparecen fragmentos de heridas olvidadas que vamos recomponiendo como si de un puzle se tratase. Y nos prestamos a jugar a este juego, libres de juicios y prejuicios.

 Observamos que en este espacio olvidado había ventanas que permanecían tapiadas y que comienzan a abrirse deseosas de ver la luz.

Una simple pregunta hecha con una intención sincera  marco la diferencia

Nos  permitió mirar de frente aquello que  entre capas permanecía escondido en lo más recóndito de nuestro inconsciente dando algo más de claridad a las sombras.

Ahora pienso en esos instantes y me atrevo poco a poco a abrir esos espacios antes cerrados a cal y canto para ir dejando que el aire fresco limpie mis memorias...  L C


BAILAR LA VIDA





Danzar la vida; soltar lastres, deshacer nudos, romper muros, entender que no hace falta entender, saber que no hay nombres que poner, que las etiquetas son inútiles, que los prejuicios son dañinos, que al observarte te miro, que al oírte te escucho, que estoy porque soy

Danzar la vida; coger unas manos, capturar un abrazo, hablar con los ojos, sentir con el alma…saber, que eres el espejo en que me miro.

Danzar la vida; descubrir en este baile nuestra propia esencia, dejando caer el manto de creencias aprendidas y adoptadas en una sociedad mecánica que nos va deshabilitando poco a poco haciéndonos olvidar la autenticidad de nuestro ser.

Danza la vida; y en esa danza recuperar, recuperarnos sin más discurso que nuestro propio sentir.

Balancearse en los acordes, llenarse y después…fluir. Compartir y vivir este espacio sin tiempo.

Baila la vida; trabajar con los sentidos y en ese dar y recibir, percibir el caudal energético de la otra persona hasta traspasar los umbrales de la risa y el llanto provocado por una emoción profunda de gratitud y AMOR donde el instante lo invade todo...

Vergüenza, miedo, fragilidad, torpeza, alegría, entusiasmo, fuerza, energía…todo tiene cabida en este duelo donde se comparte ceremonia para al final, sentirte parte activa de este teatro y voluntariamente empezar a dejarse llevar pasando de “estar” a simplemente SER.

ELLAS


 

En el último libro de Julia Navarro, “una historia compartida “, ella hace un viaje sobre la historia de mujeres que marcaron su tiempo. Mujeres que dejaron una huella importante y que abrieron caminos impensables en su época.

Mujeres que tuvieron la valentía y la inteligencia para abrirse paso en un mundo donde no se les daba la oportunidad de mostrar sus talentos.

Estas mujeres y otras muchísimas hicieron que la sociedad abriera su mente. Grandes aportaciones hechas a través de siglos de historia para que hoy podamos realizar libremente nuestra aportación también a este mundo cambiante.

En nosotras está empoderarnos a través de nuestros pensamientos y de nuestras acciones.

No tenemos que demostrar nada a nadie salvo a nosotros mismas. No creo en las luchas encolerizadas. Creo en las acciones bien enfocadas y sobre todo bien argumentadas.

Así que hoy celebro ser mujer si, pero no porque lo diga el calendario ni porque lo impongan mentes encolerizadas, sino porque estoy orgullosa de aquellas que me precedieron y valientemente fueron activistas de sus propias gestas. Esas mujeres si me representan y no me cansaré nunca de agradecerles sus esfuerzos y su tesón. Las mujeres han cambiado, los hombres han cambiado, la sociedad está en continuo cambio. Y nosotros como seres humanos hacemos el cambio desde dentro, el cambio que queremos ver reflejado en nuestro futuro inmediato y como humanidad.

Hoy brindo especialmente por ellas y por todos los que están dispuestos a abrirse a una sociedad en progreso dónde se mida a las personas por sus  talentos y capacidades y no por su condición.

Hoy desde este espacio honro la memoria de todas ellas, mis ancestros.

¿Cómo respiro?




 

¿Has observado seriamente alguna vez cómo respiras?  ¿Te has parado a identificar si respiras por la nariz o por la boca?

La mayoría de las personas respiramos más veces de las debidas a través de la boca y no somos conscientes de ello en absoluto.

Muchas veces bastaría con observar nuestra respiración para detectar las causas de ciertos problemas bastantes comunes como el insomnio, los ronquidos, el estrés, el asma, y ciertos problemas de garganta.

Supongo que habrás oído muchas veces lo de que respirar por la nariz hace de filtro, pero seguramente no has ido más allá del porqué de esta afirmación.

Es cierto que la nariz tiene la capacidad de calentar el aire antes de que llegue a nuestros pulmones. Entra por las fosas nasales y las glándulas mucosas, lo que ayuda a prevenir infecciones de las vías respiratorias y también ciertas alergias. El aire que respiramos es calentado, humedecido y filtrado por las narices para que llegue en las mejores condiciones a nuestros pulmones.

Cuando respiramos por la boca este proceso no se da. El aire entra a nuestros pulmones sin ser filtrado, calentado ni humedecido y luego pagamos las consecuencias sin saber porqué.

Pero es que aún hay más; Te has parado a pensar alguna vez porqué tenemos un tabique que separa nuestras narinas. ¿Serías capaz de identificar ahora mismo por cual de ellas fluye más aire? Esto también tiene una explicación muy interesante.

Cuando respiramos, el aire que inhalamos no entra por igual en los dos orificios nasales. Tenemos un ciclo nasal que va cambiando a lo largo del día, mas o menos cada cinco horas, también depende de las circunstancias de la persona.

Por un lado, entra un 75% mientras que por el otro entra un 25. Haz la prueba, pon el torso de tu mano bajo tu nariz mientras sueltas el aire y notarás la diferencia. También si eres buen observador puedes darte cuenta de que una narina está más abierta que la otra al inhalar.

Ahora viene lo divertido de esto.

En la nariz tenemos un tejido que se hincha y se deshincha haciendo que un lado de la nariz se congestione un poco mientras el otro está descongestionado. ¿Para qué hace esto? Te preguntarás. Pues se van turnando para descansar del continuo trabajo de limpieza del aire.

Vamos un poquito más lejos.

Cuando sentimos que el flujo de aire que respiramos es mayor por la narina derecha, significa que estamos activando y estimulando el sistema nervioso simpático dando la orden a la parte izquierda de nuestro cerebro que esta asociada con los estados de alerta aumentando nuestra frecuencia cardiaca. Cuando esta narina esta mas abierta solemos estar también más activos.

Pasado un tiempo, esta narina parece que recibe menos flujo de aire, se pone en modo reposo y entonces empieza a despejarse la izquierda, estimulando el sistema nervioso parasimpático que da la orden a la parte derecha del cerebro para que baje las pulsaciones. Solemos sentir esta narina mas abierta ante estados de relajación y bienestar.

Interesante verdad. Todo esto está ya comprobado científicamente y también está demostrado que a través de respiraciones conscientes como las que utilizamos en clases de yoga o meditación se pueden llegar a equilibrar, pero eso lo dejo para otra entrada.

  

Naturaleza



Conectar con la naturaleza unos minutos mientras atraviesas un parque urbano y respirar con gratitud, te ayuda a encarar tu día y te acerca a lo más sagrado. *Pura vida*


Si en medio del bullicio diario eres capaz de aminorar tu paso y dejar esperimentar a tus sentidos, verás el regalo que es estar vivo.




El propósito de la escritura manual

 

El acto de escribir a mano lleva a nuestra mente al momento presente como ninguna otra cosa a nivel neurológico. Se vive como un acto de meditación.

Te ayuda a ordenar tu presente examinando tu pasado y diseñando tu futuro. En el mismo momento en el que apoyamos el bolígrafo sobre el papel estamos trazando una línea recta que une mente y corazón. Hay muy pocas herramientas que te hagan llegar tan rápido al centro de tu mundo interior y que interpreten tan bien tu mundo exterior.

Pensamiento y sentimiento se unen en el trazo de cada línea para despertar al maestro interno

La escritura manual nos hace generar una pausa y nos hace fijar experiencias que nos ayudan a descargar nuestra mente o a enfocar nuestras prioridades. Así es como definimos quienes somos y en qué creemos.

Los pensamientos son la fuente de nuestros objetivos y esperanzas, de nuestros sueños y anhelos, de nuestros miedos... y por supuesto de nuestras acciones. Sacar todos estos pensamientos y plasmarlos en un papel nos trae al momento presente, pone conciencia a nuestro ser para poder ser dueños de nuestros actos pudiendo entender nuestra naturaleza cambiante.

Crear el hábito de la escritura nos hace reunirnos con nosotros mismos y plantearnos pequeños porqués.  

Y cuando pasado el tiempo relees lo escrito te das cuenta que ya no eres la misma persona que al principio. Que tu confianza y seguridad ha aumentado porque ahora, ves dirección en tus actos, sabes quién eres y hacia dónde vas. Y ese es un gran propósito. No importa el momento de la salida, ni siquiera importa la llegada. Lo verdaderamente importante, es lo que te ofrece el camino.