El propósito de la escritura manual

 

El acto de escribir a mano lleva a nuestra mente al momento presente como ninguna otra cosa a nivel neurológico. Se vive como un acto de meditación.

Te ayuda a ordenar tu presente examinando tu pasado y diseñando tu futuro. En el mismo momento en el que apoyamos el bolígrafo sobre el papel estamos trazando una línea recta que une mente y corazón. Hay muy pocas herramientas que te hagan llegar tan rápido al centro de tu mundo interior y que interpreten tan bien tu mundo exterior.

Pensamiento y sentimiento se unen en el trazo de cada línea para despertar al maestro interno

La escritura manual nos hace generar una pausa y nos hace fijar experiencias que nos ayudan a descargar nuestra mente o a enfocar nuestras prioridades. Así es como definimos quienes somos y en qué creemos.

Los pensamientos son la fuente de nuestros objetivos y esperanzas, de nuestros sueños y anhelos, de nuestros miedos... y por supuesto de nuestras acciones. Sacar todos estos pensamientos y plasmarlos en un papel nos trae al momento presente, pone conciencia a nuestro ser para poder ser dueños de nuestros actos pudiendo entender nuestra naturaleza cambiante.

Crear el hábito de la escritura nos hace reunirnos con nosotros mismos y plantearnos pequeños porqués.  

Y cuando pasado el tiempo relees lo escrito te das cuenta que ya no eres la misma persona que al principio. Que tu confianza y seguridad ha aumentado porque ahora, ves dirección en tus actos, sabes quién eres y hacia dónde vas. Y ese es un gran propósito. No importa el momento de la salida, ni siquiera importa la llegada. Lo verdaderamente importante, es lo que te ofrece el camino.

 

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