¿Qué tal llevamos nuestra dieta mental?




En este mundo en el que tanto se habla de dietas para mantener nuestra salud, de ejercicios físicos para tener un cuerpo fuerte. Un mundo donde se promueve el ser productivo, tener nuestro tiempo ocupado con infinidad de actividades y además ser socialmente correcto, nos olvidamos de uno de los pilares más importantes y que nos ayudarán a sostener todo lo demás.

Tomamos nuestras decisiones de manera consciente, la mayoría de las veces, porque queremos sentirnos mejor y que nos vean bien.

Nos hacemos cargo de hacer ejercicio físico al menos tres veces a la semana, miramos el etiquetado de los productos que consumimos y procuramos que nuestra alimentación sea rica, variada y saludable. Nos abrimos socialmente a compartir con nuestro entorno cercano y procuramos ser amables con quien se cruza en nuestro camino. Hasta aquí todo es correcto.

Pero, que tal responderías si te pregunto ¿Cómo llevas tu dieta mental?, esa parte tan importante que nos ayuda a sostener el resto de decisiones de nuestra vida.

Estamos tan acostumbrados a pensar de una determinada manera guiados por nuestras creencias, hábitos y circunstancias que no se nos ocurre plantearnos que pueda haber otro modo.

La relación contigo mismo, es la relación mas importante que tendrás en esta vida, y normalmente tu mente te boicotea para que no te sientas válido, suficiente. Justifica comportamientos no del todo saludables y te machaca recordándote continuamente tus errores.

Qué tal si agendáramos este nuevo hábito de llevar una dieta mental y convirtiéramos en costumbre el hablarnos de manera amable con amor y respeto, como lo harías con alguien a quien admiras y quieres.

Todos nuestros estados mentales son el resultado nuestros pensamientos. Por qué no empezamos por observar que creencias nos limitan y empezamos a pensar en aquello que nos hará crecer, experimentar. Cuando tu dialogo interno se ponga en marcha, escucha atentamente lo que te dices y como te lo dices, eso te dará una pista de aquellos comportamientos que sería bueno cambiar. Y empieza a ejercitar un nuevo dialogo que te ayude a darte confianza, a empoderarte a motivarte.

Convertirnos en nuestros propios entrenadores mentales es todo un reto. Ser constantes en este nuevo diálogo hará que cojamos confianza en nosotros mismos. Toma la firme decisión de no dar espacio a la queja, la negatividad, los no se o los no puedo y empieza a entrenarte en el arte de amarte, de mimarte, de cuidarte, de hablarte con amor y respeto. Haz de tu diálogo interno un diálogo compasivo, busca el lado positivo de las cosas y sobre todo cree en ti.

Mantén tu espacio mental sano, libre de tóxicos de la misma manera que cuidas tu dieta y tu cuerpo físico.

Y confía en los resultados…lo que ves, lo que escuchas, la gente con la que te rodeas, todo tu entorno tomará una nueva perspectiva. La dieta mental habrá hecho su trabajo interno y todo tu ser estará en coherencia.


 

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