ALEGRIA

 

Siempre hemos pensado que la alegría es una emoción nacida de un sentimiento de bienestar provocado por algo externo, una persona, un acontecimiento etc...y bueno, en parte así es. Pero ese tipo de alegría es pasajera, transitoria. Se desvanece con tanta facilidad como ha llegado.

Pero la auténtica alegría, la que de verdad nos hace sentirnos bien en nuestra piel, no tiene nada que ver con algo externo. Es algo que nace siempre de dentro, de manera calmada a pesar de lo que esté ocurriendo fuera. Y esa alegría hay que trabajarla para que sea duradera, permanente, pero sobre todo para obtenerla, tenemos que ponernos en coherencia y eso a veces nos resulta difícil de llevar a la práctica.

Si no ponemos coherencia en nuestra vida, nuestros actos se vuelven egóicos, vanidosos y en el peor de los casos nos moverá el rencor, la ira o la rabia.

Poner mirando hacia el mismo horizonte lo que sientes y lo que haces es el motor que nos moverá hacia adelante sin miedos, sin juicios. Abrir la ventana de par en par y dejar que asome aquello que hay en el interior sin importar nada más, es complicado en este mundo en el que nos movemos, pero es necesario si no queremos permanecer anclados. Déjate sentir y pregúntate si hay algo en tu vida que no funciona como habías imaginado. Quizá un trabajo que no deseas, o una amistad,  una pareja, tu economía. Seguro que encuentras algún aspecto de tu vida donde poner coherencia.

Si lo puedes cambiar, adelante, hazlo. Si no lo puedes cambiar, acéptalo y busca un lenguaje positivo y persuasivo que no te haga sentir mal por mantenerte en esa situación que rechazas. Por ejemplo imagina que no te gusta nada tu trabajo y que no tienes posibilidad de cambiarlo. Bueno, pues en vez de protestar por hacer algo que no te hace feliz, ponte en coherencia. Dilo en voz alta si es necesario y luego piensa en algo que te aporte de bueno. Por ejemplo, un sueldo para mantenerte, o para permitirte algún capricho; -No me gusta mi trabajo, pero estoy agradecido porque gracias a el me puedo mantener y permitirme algún capricho.

¿Ves la diferencia?. Aceptas aquello que no puedes cambiar y valoras lo que te da de positivo. Y solo así, poniendo en coherencia tu mente y tu corazón podrás llegar a esa “alegría interna” elevando tu vibración. 

Cuando el corazón y la mente miran hacia un mismo horizonte, el camino se allana y tu caminar se vuelve mas suave, menos duro, mas alegre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario